Los hombres las dejamos muchas mas veces de lo que creemos.
Pero no es de macho decir basta. Pensamos en como se sentirían ellas, y queda automática y definitivamente fuera de consideración dejarlas. Somos los hombres.
Y las vamos dejando de a poco. Hacemos un esfuerzo sobrehumano, innecesario (necesario para sostener una decisión infantil) por sostener una relación que ya no existe. No hablamos, para no chocar. Es mentira que estamos cómodos, o acomodados.
Y las vamos dejando de a poco. Ya las dejamos del todo en verdad, pero no, no y no... no. Soy hombre y no le puedo hacer esto. En el recuerdo ella quería mucho mas.
Quiero ser el sueño, el hombre perfecto de su voluntad. No le tengo que dar opción a que se arme argumento en contra, que me acuse de no completar el ser perfecto que ella quiso (¿Quiso, no?). No la tengo que dejar fracasar.
Mejor asumiríamos que ya esta. Y les damos la tenencia flexible y la mitad. Solo si ustedes abandonaron previamente la mentira que el hombre es su otra mitad. Nos usan para esto y aquello. Que se sepa, y ganamos ambos. De frente como seres humanos iguales, se enfrenta, se supera y se crece.
Sus inseguridades, su urgencia, dan todo, prenden un tractor. Se arrepienten, lo niegan y mueren. Se arrepienten, las dejan y no se van. Se arrepienten, crecen, lo dejan y crecen mas.
Si se dieran el tiempo necesario, no hay apuro ni hay que mentir, el bebe va a venir igual.
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